Ayer, día en que se celebró el natalicio de Eugenio María de Hostos (no María Eugenia, como salió en un comunicado de prensa de Fortaleza), el Gobierno continuó su ofensiva contra la Universidad de Puerto Rico. Hizo una campaña masiva en los medios en la cual Ygrí Rivera completó un circuito por emisoras de radio y televisión, mientras publicaron un anuncio de una página que justificaba la posición de la Administración en el periódico de más circulación de Puerto Rico. Un anuncio de una página a color cuesta $8.240,24, según el tarifario de El Nuevo Día. Esa cantidad de dinero pagaría la cuota a diez estudiantes.
El discurso fue el mismo: una minoría de estudiantes está en contra de la cuota de $800 que se les impondrá por cinco años. Al parecer, la misma mayoría que grita al cielo ante un alza de menos de dos dólares al precio de un galón de leche está de acuerdo con pagar la cuota, según el Gobierno. La táctica es sencilla: aislar a los estudiantes ante el público como una pequeña masa de antisociales con tendencias peligrosas que se niega a cooperar. Para resaltar el punto, enviaron personas encapuchadas a la manifestación de ayer.
El Gobierno lo niega, pero analicemos los hechos. Comencemos con los escudos de los encapuchados. ¿Notaste lo bien manufacturados, estéticamente, que estaban? Eran cortados de contenedores de basura de plástico e idénticos en sus dimensiones, con las agarraderas perfectamente posicionadas. Es obvio que se fabricaron en un taller, aunque la realidad es que no amortiguarían mucho el golpe de una macana; se le caería el escudo al defensor del primer golpe. Llaman la atención también las mismas capuchas, por lo bien que ocultaban toda el rostro. En el pasado, hemos visto capuchas que no le ocultarían la identidad ante alguien que conozca al sujeto en cuestión. Los de ayer parecían ninjas.
Otro hecho curioso es la falta de acción de parte de la Policía. Hoy arrestaron a diez estudiantes por repartir folletos en un salón. Ayer, sólo observaban a los encapuchados vandalizar las instalaciones sin levantar un dedo. Incluyo las observaciones del reportero Rafael Lenín López, a través de su cuenta de Twitter de los sucesos:
UPRRP: policias observan de lejos. «hay huelga no hay clases» gritan.
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UPRRP: sigue la marcha sin mayor intervencion policiaca. Unos 25 encapuchados y con escudos encabezan marcha. Siguen en Naturales
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UPRRP: llegan a naturales. Enfrentamiento con la policia
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UPRRP: estudiantes entran al comedor tumban sillaa y mesas. Rompen cristales
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UPRRP: con bombitas de humo buscan parar clases y labores en algunos salones y oficinas
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El gobierno niega que los encapuchados sean infiltrados por ellos mismos, pero ¿en qué cabeza cabe que lo admitan? Utilizan tácticas de propaganda semejantes a las que se utilizaban desde la década de los cincuenta del siglo pasado, cuando ser comunista era malvado y radical. Hoy día, ser comunista es risible y pasado de moda, algo intolerable para esta generación.
La opinión pública es valiosa para el Gobierno cuando decide tomar algún tipo de acción contra la Universidad. Desde septiembre de 2009 han tratado de instigar a la población universitaria de actuar violentamente y no lo han conseguido. No comprenden quienes son estos muchachos que leen cómics, juegan con el Playstation, tienen todo tipo de información a sus manos y conocen y respetan música que era vieja cuando los funcionarios de turno se criaron. La violencia es para ellos observar, no participar de ella. El Gobierno no comprende esto y siempre luce ridículo cada vez que actúa.
Tarde o temprano, todas estas tácticas del Gobierno serán expuestas. De seguro existe un correo electrónico, fax o memorando en espera de que alguien aborrecido con sus superiores publique dicho documento en la Internet, a lo Wikileaks. Solo falta que lo acabe de publicar.
1 comentario
Realizar propaganda en contenedores de basura de plastico parece ser una buena idea.