Bohemia expatriada
En la portada de Villa Bohème, la nouvelle del puertorriqueño Kevin A. González, se utiliza la foto de un edificio deteriorado en La Habana para representar un hotel de mala muerte en San Juan de Puerto Rico. Este detalle, que parece insignificante, permeará en la obra de este autor de la diáspora puertorriqueña.
La madre de un adolescente de quince años bota a su hijo de la casa, luego de un conflicto que surge entre el adolescente y el novio de la progenitora. El joven debe irse a vivir con su padre en un pequeño hotel que este administra, en lo que parece ser Ocean Park. En la hospedería, que más bien alquila sus habitaciones a largo plazo por una suma módica, viven mayormente estadounidenses expatriados y personajes desajustados de la sociedad.
El padre del muchacho es un exfiscal alcohólico que tima a otros en juegos de dardos y se hace pasar por un veterano de Vietnam. Al principio de su estadía, el adolescente se muestra a gusto en su nuevo hogar, ya que el padre le permite ciertos excesos y libertades insoñables bajo el techo de la madre. Sin embargo, pronto tendrá problemas con su padre, por las sensibilidades y el gusto por la literatura del adolescente.
El joven hace amistad con Jane, una alcohólica en recuperación que también se hospeda en el hotel y cuyo marido (otro alcohólico) espera su muerte cerca del mar, debido al cáncer terminal del que padece. Jane también es afín a la lectura, como el protagonista. Sin embargo, la rebeldía del adolescente lo hace actuar de manera impredecible y creará varias situaciones tensas entre ambos personajes.
El autor caracteriza muy bien a su protagonista y es eficaz en mostrar la inteligencia del personaje a la par con la inmadurez de un muchacho de esa edad. La trama, por su parte, es dinámica y mantiene el interés hacia la lectura. Sin embargo, el tono narrativo de la obra tiende a ser condescendiente en torno al Puerto Rico que desea reflejar. El autor se queda corto al describir lo que tal vez espera un norteamericano de una isla caribeña, pero por medio de un Borinquen que jamás ha existido. Es una extraña visión de la Isla desde la diáspora que, como el edificio habanero de la portada, aparenta ser auténtico, pero no convence.
Kevin A. González
Ploughshare Solos
Emerson College, 2015
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en marzo 29 de 2015.