Terminé, un poco.

Al fin pude escribir la oración «Fin.»
No pensé que me darían ganas de llorar al hacerlo (pero, son lágrimas hombrunas, coño).

Ahora me toca revisar todo lo que escribí antes, para que concuerde (ahí sí esperaba sentir ganas de llorar).
Ah, y conseguirle un título (eso me ha provocado llanto durante todo el año).

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1 comentario

    • jorgevalentine el agosto 28, 2007 a las 9:57 am

    comprendo las lágrimas, brodel.

    pero el alivio es MAGANIMO cuando se termina y te sientas a fumar y a mirar pa lejos y a pensar en la próxima que escribirás -que no puede parecerse a esta- y en el revolú de cosas que quieres hacer ahora que estas libre….
    y ya al terminar ese cigarrillo,
    ese con el que dijiste que te premiabas,

    te empeñas en pensar y pensar, sí,
    en pensar que necesitas descansar pero no para comenzar otra aventura de vidas complicadas
    sino, para reescribir la que ya tienes

    ¡Maldito amor este por los cuentos y las novelas!

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