Afortunado

Creo que debo ser una de las personas más afortunadas de la semana. El miércoles, de madrugada, sufrí un accidente. No recuerdo mucho, pero luego de ver el auto, sé que tuve suerte de salir vivo. Fui el único involucrado.
Sólo perdí el auto y me rompí una costilla.
Nunca me había roto un hueso, hasta ahora. Les puedo decir que duele al toser, reír, levantarme, sentarme y especialmente, si estornudo. Debo tomarme unos medicamentos que me dejan bastante tonto (más de lo normal, digo), así que si esto suena incoherente, culpo las pastillas.
Aunque perdí el auto, gané tiempo libre y sobre todo una experiencia que jamás se me olvidará (excepto las partes que no recuerdo). Uno debe aprender de estas cosas y espero que haya entendido la lección.
Lo irónico es que, desde un tiempo para acá, deliberaba si debería dejar el auto, ya que es un gasto más, y utilizar la transportación pública, en combinación con una bicicleta. Ahora, esa decisión es irrelevante: estaré forzado a hacerlo. Será interesante ver cómo me adapto del estilo de vida del auto al del peatón.

Aprovecho para darle las gracias a todos los que me ayudaron y ofrecieron su apoyo. Desde las personas que me sacaron del auto volcado, hasta los médicos que me atendieron y mis amigos y familia. No sé que hubiera hecho sin ellos, en especial una persona, quien sabe quien es. No hubiera sobrevivido la semana sin su ayuda.

Bueno, basta: tengo tiempo y es hora de escribir. La novela está casi lista. Espero presentar tesis pronto.

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