Sueños de caviar
¿Qué es ser rico en Puerto Rico en tiempos contemporáneos? ¿Cómo viven aquellos que manejan Ferraris y Mercedes, comen langosta y caviar todos los días, y beben champán y vinos caros cuando los demás se toman una cervecita? El puertorriqueño Edgar Martínez Masdeu se ha atribuido la tarea de contestar estas preguntas de una manera literaria con Los nuevos ricos, su nuevo libro de cuentos.
Todas las narraciones del volumen tienen que ver con la clase alta en la Isla, la gente bien, como se les dice en la obra, y su manera de desenvolverse en la sociedad. En estos cuentos, los ricos deben lidiar con sus pasados y sus orígenes desde la pobreza, mantener las apariencias ante sus pares y encubrir sus pecados ante sus familiares, cónyuges y claque social. Estos personajes son, en su mayoría, insoportables y detestables en su manera de proceder por la vida. No soportan la pobreza, aunque desde allí lucharon sus padres por sacarlos y ven el mundo como su área de juegos personal. La avaricia y la falta de empatía son la orden del día para estos seres, que prefieren mentir descaradamente antes de admitir que sus padres los criaron en un residencial o una parcela.
Como podría ser evidente, los relatos son una crítica a la sociedad que presta tanto valor a lo material, el dinero y la avaricia, al punto que los personajes casi nunca demuestran otras cualidades. Con tal vez una que otra excepción, estas historias son más anécdotas que cuentos, ya que carecen de conflictos. Hay muy pocos momentos en que los personajes experimenten algún tipo de dilema moral o circunstancia por sus acciones, lo cual resta tensión dramática a las situaciones que se cuentan. Aunque son personajes extraídos de la imaginación del autor, se puede observar un ojo al detalle en los historiales de estas creaciones literarias, que resonarán en las memorias de los lectores. Tal vez estos nuevos ricos son ficticios, pero nos serán muy familiares a la vez.
Los nuevos ricos
Edgardo Martínez Masdeu
Los Libros de la Iguana, 2016
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en abril 23 de 2017.