Poemas de un futuro tétrico
Nuevamente, Miguel Adrover Lausell utiliza la ciencia ficción como punto de partida para su nuevo poemario Caldo de Hipocrene. El título se desprende de la mitología griega y hace referencia a un manantial sagrado para las musas.
En el poemario se muestran sucesos y maneras de sentir en los años 2015, 2017 y 2077. Algunos de los acontecimientos que se visualizan en los poemas son la sequía que sufrimos en 2015, una guerra civil puertorriqueña en algún punto del futuro, la llegada de la inteligencia artificial (o tal vez de una inteligencia artificial) y la opresión física y económica que sufriremos según pase el tiempo.
Los temas son una propuesta de ficción especulativa interesante, que disfrutan de un vuelo de imaginación que parte desde este punto específico de nuestra historia. Al igual que en su entrega previa, Quantum Weaver Yocahú, el autor incluye códigos QR para leerse con el lector apropiado y que muestran páginas de Internet. En esta ocasión, la mayoría de los códigos conducen a canciones en Spotify, en vez de videos de Youtube, aunque sí hay alguno que otro enlace a videos o entradas del blog del autor. También al igual que en la pasada entrega, se usa de modo alternado el español y el inglés en muchos de los poemas. Por ejemplo, hay versos que comienzan en español y terminan con estrofas en inglés. En esta ocasión, estos poemas leen más bien como tuits o estatus de las redes sociales por el uso repetido de frases hechas y coloquiales, como “Pa tras ni para coger impulso”, “La piña está agria” o “La cosa está prendía en candela”. Se convierte en una mezcla de conceptos científicos, mitológicos y puertorriqueñismos, que muestran un malestar general con la situación actual del País.
El poemario transmite cólera y pesimismo ante un posible futuro que nos puede tocar. Hay también un sentido de desilusión en todos los aspectos de la cotidianidad boricua, que reflejan nuestro presente y sirve de advertencia hacia el futuro. En cuanto a la especulación dentro de la obra, esperemos que nos salvemos del futuro previsto por Adrover.
Caldo de Hipocrene
Miguel Adrover Lausell
Disonante, 2017
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en agosto 27 de 2017