Recuerdos en papel y tinta
Se podría decir que los blogs o bitácoras electrónicas fueron la antesala de las redes sociales que conocemos hoy. Ofrecían a los lectores una ventana a las vidas ajenas que, en su momento, era única. Por supuesto, la bitácora ha existido por siglos, pero la internet permitió que se publicaran a nivel mundial. En 2003, por ejemplo, uno podía leer a un iraquí, durante el régimen de Suddam Hussein, expresándose sobre su temor al bombardeo inminente de los Estados Unidos de América: odiaba al dictador, pero también sabía que las bombas, por más inteligentes que las mercadeen, no discriminan entre soldado o civil. Luego del comienzo de la guerra, aquel blog se tornó silencioso.
Esta mirada a la cotidianidad ajena luego se amplificaría con servicios como Facebook, pero a principios del siglo XXI, los blogs estaban de moda. Ya para finales de la primera década, los blogs estaban en el ocaso de su popularidad; los que quedaron fueron los que habían logrado establecer seguidores fijos, que no les importaría leer entradas más largas que los 140 caracteres de otros servicios. En Puerto Rico, uno de los blogs que ha sobrevivido es el de Edmaris Carazo, titulado Siempre jueves. Este, precisamente, es el título del libro que hoy reseñamos, en el que la autora presenta un escogido de las entradas de su blog.
La publicación muy bien podría funcionar como un libro de memorias de la vida de la autora desde el año 2008. Poco a poco, los lectores se enteran de su experiencia al tatuarse por primera vez, cómo le fue —en su momento— como madrastra joven, los estragos de divorciarse, cuán insuperable es su padre, el nacimiento de su primera sobrina, y su experiencia antes, durante y después del huracán María, entre muchas otras intimidades. La lectura es introspectiva y reflexiva, a la vez. Se nota cómo la autora intenta encontrarle algún sentido a sus emociones y los sucesos de su vida según ocurrieron. Hay una alta dosis de humor autocrítico, en el que la autora insiste en contar sus fallas y desventuras en la sociedad y vida cotidiana. Con este tono, Carazo logra establecer algún tipo de complicidad con sus lectores, a la vez que plantea sus pensamientos acerca de cómo debería ser y qué espera de su vida, sus relaciones y la sociedad, en general.
Entradas como “Duelo al vuelo”, en que rinde tributo a un amigo aventurero que muere de manera inesperada, logran mostrar su punto de vista acerca de la vida, a la vez que transmite a quien la lee no solo cuán importante era su amigo para ella, sino lo grandiosa que fue su vida, aunque corta. Otros, como “De dolores y sus categorías”, que es acerca del huracán María, muestran las peripecias de la vida cotidiana de la autora mientras celebra sobrevivir y llora las tragedias de los que sobrevivimos y nos han marcado. A veces, las entradas pueden ser contestatarias, como es el caso de “No te invité a mi boda”, en el que explica el proceso decisional de escoger a los invitados de dicha celebración.
Edmaris Carazo, valientemente, nos muestra sus intimidades y pensamientos a lo largo de diez años de su vida, de una manera interesante y fácil de leer. Posee una voz auténtica que invita a acompañarla en sus mejores y peores momentos.
Siempre jueves
Edmaris Carazo
Editorial EDP University, 2018
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en octubre 7 de 2018.