Lo fantástico dentro de lo cotidiano
La intención era leer y reseñar algún libro relacionado con la Noche de las Brujas. Cuando vi que Stephen King publicó su nueva novela el 30 de octubre, la compré inmediatamente. El horror y King son casi sinónimos. El autor estadounidense no solo ha escrito más de 60 libros, sino que ha definido lo que se considera terror en tiempos modernos. Novelas como It, Cujo y The Shining son solo tres ejemplos de obras que luego se han adaptado a la pantalla grande y han capturado la atención, tanto de lectores como espectadores. Sin embargo, King no solo escribe novelas de payasos asesinos, perros rabiosos o adolescentes endemoniados. Ha escrito una cantidad de obras que trabajan con elementos más humanos y cotidianos, aunque desde una perspectiva fantástica. Elevation, la novela que salió en la víspera de Halloween, pertenece al grupo de lo cotidiano.
La trama comienza con Scott Carey, un hombre recién divorciado que vive en el pueblo ficticio de Castle Rock en Maine, lugar donde el autor ambienta una gran parte de sus novelas. Es como el Macondo de García Márquez, pero con demonios interdimensionales que aparecen de cuando en vez a matar la mitad de la población. Durante la época de Scott, que es la actualidad, nadie está poseído ni hay una amenaza a los residentes de Castle Rock, pero él sí padece de una condición extraña y busca ayuda de un amigo médico retirado. Scott está perdiendo de una a dos libras de peso todos los días. Sin embargo, su físico no cambia. Usa la misma ropa que utilizaba cuando pesaba 240, a pesar de ya rondar las 212 libras. Más raro aún es que pesa lo mismo con ropa, que sin ella; tampoco importa que esté cargando al momento. Puede pesarse con su abrigo y ropa con los bolsillos llenos de pesetas y pesa las 212 libras mencionadas anteriormente. Al quitarse la ropa y repetir el procedimiento, pesa lo mismo. Es una condición inexplicable, tanto para él como para el médico. A pesar de todo, el protagonista explica que se siente bien, hasta contento.
Lo otro que preocupa a Scott es que sus vecinas, un matrimonio de lesbianas, dueñas de un nuevo restaurante en el pueblo, dejan que sus perros le ensucien el patio al protagonista. Deidre, una de ellas, comienza el conflicto. Scott, por su parte, solo desea mantener el patio limpio. Este conflicto inicial comienza a revelarle al protagonista la discriminación de los habitantes del pueblo hacia el matrimonio homosexual. (En imaginación del autor, Castle Rock votó a favor de Trump en las elecciones de 2016 y se caracteriza por ser conservador). El problema de los residentes con el matrimonio no es, supuestamente, que sean lesbianas, sino que lo sean abiertamente. Al Scott darse cuenta de las acciones de sus compueblanos, decide tomar cartas en el asunto, aunque la primera que se opondrá será Diedre, que se enoja y decide que no necesita un salvador.
King logra tejer ambos temas eficazmente y consigue crear suspenso, aunque no sea una novela de misterio o intriga. Aquí, lo fantástico muy bien podría ser una metáfora con un significado más allá de lo literal, pero ese asunto está en manos del lector. Es una novela que tomará desprevenidos a aquellos que esperan que sucesos terroríficos tengan lugar en el libro de Stephen King, pero será una sorpresa grata que examine los temas que nos afectan hoy día, como la intolerancia, la división ideológica y la amistad. Tal vez no sea una novela que asuste, pero sí despertará otras emociones.
Elevation
Stephen King
Simon & Schuster, 2018
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en noviembre 4 de 2018.