Sexo explosivo
Si tuvieras un poder que sacara eliminara los aspectos negativos de las personas, convirtiéndolas en gente ansiosa por hacer el bien, ¿lo usarías? Presumo que quienes leen mis reseñas son personas de bien, así que estoy seguro que la respuesta es sí. Pero ¿qué tal si ese poder solo se manifiesta al tener sexo con la persona que deseas ayudar? La novela Girl like a Bomb, de la estadounidense Autumn Christian, se basa en esa misma premisa, solo que la protagonista desde temprano decide que ayudar a los demás será su llamado.
La historia comienza con Beverly Sykes en un pequeño pueblo en el estado de Michigan, La joven es una adolescente de quince años decidida en perder su virginidad. Para ese fin, asiste a una fiesta y conoce a un muchacho de mala reputación, llamado Spider, que la lleva a un lugar solitario. Bev, como le llaman sus amigos, logra su cometido, pero junto con su climax ocurre un tipo de explosión u onda de fuerza entre ellos —al menos, así lo describe ella—. Una vez despierto por completo su apetito sexual, Bev comienza a tener más relaciones pasajeras y en todas ocurre el mismo fenómeno explosivo. La chica no pretende tener novio ni enamorarse; su único propósito es tener sexo con chicos distintos frecuentemente. Como ha de esperarse de una escuela en un pueblo pequeño, Bev se gana una reputación, primero como una muchacha dispuesta a tener sexo con cualquiera, pero luego, de que “arregla” a las personas después de acostarse con ellas. Spider, que andaba deprimido por la vida, encuentra su propósito y consigue trabajo trabajando con animales. Cuando Bev se encuentra con él por casualidad, casi ni lo reconoce por el cambio drástico en apariencia y manera de ser. El chico le da las gracias por expulsar lo “oscuro” que tenía dentro de él. Según investiga en Facebook y otras redes sociales, lo mismo les ha sucedido a todas las demás personas con las que había tenido relaciones. A veces encontraban pareja o empleo, otras veces mejoraban sus notas en la escuela o salían de su depresión. Hasta una chica que se cortaba cuando Bev se acostó con ella logra vencer su tendencia a la automutilación y funda una organización para ayudar a otras personas con el mismo problema. La protagonista se ve involucrada en un evento traumático cuando alguien la viola, lo que provoca que huya del pueblo y deje atrás a su madre.
El texto se divide en partes según la edad de la protagonista (15, 18, 21, 24, 25 y 30 años) y la etapa personal que vive. Bev intentará ayudar a la mayor cantidad de personas posible con su poder vaginal lo que la llevará a tener aciertos y fracasos. Tal vez se puede visualizar como una superheroína, tipo Súperman, pero con un poder muy distinto a tener una fuerza sobrenatural o poder volar.
Como ha de esperarse, la novela tiene un alto contenido sexual, pero no parece ser erótica. Las escenas de sexo se describen como se describiría una pelea a puños. La trama contiene muchos giros inesperados y llega el punto en que uno sabe qué esperar de las aventuras de Bev. A pesar de ser una premisa fantásticamente absurda, la autora logra manejar el tema de manera creíble. Tiene algunas premisas ingenuas, como la de mostrar al gobierno de los Estados Unidos como los policías del mundo, típico del sentido de excepcionalismo estadounidense, al cual estamos expuestos constantemente por los medios de esa nación, y el cliché del dictador latinoamericano, cual discurso de fotuto51, que defraudan ante el resto de la trama, pero la novela en su conjunto logra entretener y causa reflexión.
Posiblemente, no sea una lectura para cualquiera, pero si anda en busca de algo diferente en su ciencia ficción o literatura fantástica, Girl like a Bomb es una opción en esa dirección.
Girl like a Bomb
Autumn Christian
Clash Books, 2019
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en septiembre 22 de 2019.
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