Reseña: Elegía a los vencidos

Poesía para vencidos

El día en que murió mi padre, la familia estaba preparándose para una larga lucha contra el cáncer, de esas que siempre mencionan en las noticias, como si en sus manos estuviera sobrevivir la enfermedad o no. La historia fue corta, no sobrevivió el primer tratamiento de quimioterapia. El sentimiento que más recuerdo de ese entonces es el sentido de derrota. Sí, hubo tristeza ante el pasar al otro lado de un ser como mi padre y todo lo que conlleva ese proceso, pero al sol de hoy, lo que más recuerdo es sentirme vencido. Elegía a los vencidos, el poemario de Gegman Lee, transmite este sentimiento por medio de sus estrofas, solo que la muerte no es lo único que vencerá. Si busca una lectura para revivir ánimos, esta probablemente no sea la que deba leer.

Dividido en cuatro partes, “La ola”, “Los fantasmas”, “El reparto” y “La fila”, el poemario recoge uno de los posibles resultados del diario vivir. El tono se establece desde el epígrafe al principio con las palabras de Pedro Pietri:

 

“They worked

and they died

They died broke

They died owing”

 

En “La ola” se establece cómo la misma sociedad y sus convenciones nos arropa y termina venciéndonos con su constante ataque, así como el mar golpea la orilla en todo momento. En esta primera parte, la batalla es contra los sueños del individuo, que busca permanecer en pie ante el embate del qué dirán, del cómo comportarse y del dónde trabajar. Al final, la voz poética nos deja con una esperanza de que aún existirá la dignidad, aunque tal vez sin un porvenir.

“Los fantasmas” muestra cómo la muerte de un ser querido nos vence. La supuesta lucha mencionada al principio de este escrito está presente en esta parte, al igual que los tajos emocionales que infligen los recuerdos repentinos tiempo después de la partida de ese ser querido. Cómo se siente esa primera Navidad sin madre y el recuerdo de la abuela tendiendo ropa en el cordel que ahora está vacío y ha permanecido así desde que murió son algunos de los elementos que se usan para ilustrar este sentir. El dolor físico y el emocional se mezclan, como se puede evidenciar en este poema:

 

“Hay golpes que se plasman

como cicatrices en la voz,

son golpes traducidos a alaridos”

 

La tercera parte, “El reparto”, trabaja con cómo se reparte esa derrota entre los demás. Los poemas muestran esa pena y dolor compartidos por quienes también sienten la pérdida. Es la parte más breve del poemario.

En “La fila” vemos cómo todos estamos en la misma situación. Hoy me duele a mí, mañana a ti y así hasta el fin. Nos duele la pérdida, la muerte, el fin de los sueños, la vejez… tarde o temprano sufrimos una derrota.

Como mencionado anteriormente, se sentirá lo que es estar vencido luego de leer Elegía a los vencidos. El autor nos golpea con sus versos hasta que sucumbimos a ese sentir. Para parafrasear las palabras de Cortázar, es una derrota al lector por nocaut, pero de esas en que tiran la toalla o el boxeador no sale de la esquina, en vez de una pérdida fulminante. Para el poeta, no deja de ser una victoria.  Es una buena lectura para leer con calma, repasarla y dejarse vencer por ella, de vez en cuando.

Elegía a los vencidos

Gegman Lee

Ediciones Callejón, 2018

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