Entretenimiento en el fin de semana

Ayer me dediqué a ver algunos programas de TV a través del Internet. Todos habían sido recomendados por personas que tienen un gusto semejante al mío, así que sabía que no iba a perder el tiempo.

Lo primero que vi fue Burn Notice (del canal USA). Uno de los productores de la serie fue espía y trae ciertos temas interesantes. Me gustó, pero tengo algunos problemas de verosimilitud con el personaje principal y cómo resuelve algunas situaciones. Me gustó el diálogo y la relación que el protagonista tiene con su madre. Vale la pena verla.

También vi los primeros tres episodios de Battlestar Galactica. Recuerdo que me encantaba la serie original. Esta es muy entretenida también. A ver cómo sigue el resto de la serie (la ordené a través de Blockbuster Online).

Por cierto, voy a cambiar de Netflix a Blockbuster Online. Por el mismo precio, recibo más películas, más rápido. Lo único que me hubiera mantenido con Netflix era la posibilidad de ver películas (hasta 15 horas por mes) por Internet (Streaming video), pero no ofrecen ese servicio fuera de los 50 estados norteamericanos (ni puta idea por qué). Así que, por ahora, me voy con Blockbuster.

Seguimos…

Anoche vi «Sicko» de Michael Moore. Excelente. Después de ver este documental, te dan ganas de tirarte a la calle a protestar por la falta de un sistema de salud competente. O mudarte a un país que sí lo tenga. Una de las dos. Llega a PR el 12 de julio. No dejen de verla.

Vi el primer episodio de Rome. Interesante. Ordené el resto, a ver.

También sigo a «John from Cincinnati» de cerca. Lo dan por HBO los domingos y trata de una familia de surfers profesionales en California. En realidad no trata tanto de eso, ya que creo que el personaje principal es Jesucristo (John from Cincinnati = Jesus fucking Christ). Es del creador de Deadwood (excelente) y NYPD Blue (er… no recuerdo cómo era. Algún día la alquilo, a ver).

Creo que el futuro de la narrativa visual está en manos de programas de TV, como los de HBO y Showtime. Son programas que rompen las normas y no están sujetos a las reglas que les pueda implementar un auspiciador. Pronto podras descargar el programa que quieras ver a través de tu iPod, iPhone, XBox o computadora, y guardarlo hasta cuando quieras verlo. Tal vez pagues una suscripción o pagues por cada episodio. De todas formas, el cambio viene por ahí. No creo que vaya a haber salas de cine (por lo menos, no tantas) en 20 años. Será interesante ver qué pasa, de todos modos.

No vi nada más. ¿Qué han visto ustedes que les guste? (Y, no, no quiero saber si han visto Friends y Sex and the City. Díganme de algo menos popular, por favor.)

500 años de mujeres pintadas

Buen video.

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Colaboración en Comentario

Pueden leerla aquí.

Hoy…

…está pesado. Quiero dormir.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

He escrito una que otra escena violenta antes. Jamás se me hubiera ocurrido ésta. No me la creerían de todas formas.No quiero imaginarme qué le hubiera hecho si llega a ser violenta.

clipped from news.bbc.co.uk

She pulled off his left testicle and tried to swallow it, before spitting it out. A friend handed it back to Mr Jones saying: «That’s yours.»
She said: «It was never my intention to cause harm to Geoff and the fact that I have caused him injury will live with me forever. I am in no way a violent person.»

  blog it

Obviamente, es inocente

Vamos. Miren la foto. La prueba es contundente.
Y si no, el verdadero criminal es el cirujano.


Refuta el rumor de la cirugía
El Gobernador afirmó que no se ha hecho ninguna operación estética como alega un comentarista radial.

El gobernador Aníbal Acevedo Vilá negó ayer que se haya sometido a una cirugía plástica pagada por un donante del Partido Popular Democrático (PPD) como alegó el comentarista político Adolfo Krans

Cursor cómico

Véanlo aquí.

Puerto Rico es una paja de Kafka

Nada funciona aquí. Si vas a sacar tu licencia, pierdes el día. Si vas al médico, pierdes el día. ¿Vas a pagar una multa? No sólo pierdes el día, sino que debes guardar el recibo por el resto de tu vida en Puerto Rico, ya que te reaparecerán en el banco de datos a cada rato. Ah, y ni se te ocurra sacar la licencia sin traer esa evidencia: perderás dos días, si no lo haces.

Mi descarga se debe al rito de la renovación del marbete para el automóvil. En muchos lugares del mundo, te envían por correo una copia de la licencia con una dirección adonde debes enviar el pago correspondiente. Semanas después, te llega el marbete por correo. Aquí, debes llevar a inspeccionar tu automóvil. Es un proceso que puede tardarse quince minutos o dos horas: todo depende de dónde lo lleves.

Luego, te toca pagar en la colecturía: otro proceso que te puede tomar treinta minutos o una hora. En mi caso, después de hacer la fila, me informaron que no podían aceptar mi pago ya que, por error de obras públicas, imprimieron una multa en la licencia sin la cantidad que debía pagar. Era mi responsabilidad ir a otra oficina en otro municipio para que me imprimieran una licencia nueva. Luego de haber perdido más de seis horas en el proceso, me rendí. Conduje sin permiso a mi empleo y luego a mi casa. Pensé en comprarme una bicicleta y mandar al carajo al gobierno con todo y automóvil.

Pero todos sabemos que Puerto Rico no es lugar para bicicletas (apenas es lugar para seres humanos, creo). Con toda probabilidad terminaría arrollado por alguien antes de acabar el año. Al día siguiente, fui a Carolina para arreglar el asunto de la licencia. Antes, llamé para asegurarme que estaría abierto un sábado. Curiosamente, el número que aparece en la página (hecha y administrada por el gobierno) tenía el número incorrecto: ¡era el de Guaynabo! Tuve suerte, el empleado en Guaynabo había llamado a Carolina esa mañana y me confirmó que sí trabajaban ese día.

Claro, perdí dos horas allí, porque tuve que hacer una fila para arreglar el error de obras públicas y otra para pagar.

Sé cómo podríamos resolver todo esto: forcemos a nuestros legisladores, senadores, gobernadores y funcionarios públicos a hacer todos estos trámites sin la asistencia de sus asistentes (perdonen la redundancia). Les aseguro que comenzaríamos a ver leyes para limpiar el proceso kafkiano en nuestras agencias, en vez de las idioteces que escriben ahora.

Porque para lo que necesitamos a las batatas que llamamos políticos es para administrar el gobierno, no para las payasadas que hacen todos los días.

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Video cómico

Véanlo aquí.

Entrevista a Lucienne Hernández

Parte del elenco de Teatro Breve.

Trabajar con terror

José Borges

Por lo menos una vez a la semana, hace algo que la aterra: enfrentarse a un público sin tener una idea clara de lo que va a hacer. Es el reto mayor de la improvisación en un escenario y, según ella, depende de no buscar protagonismo al momento de actuar la escena.

Sentada a la pequeña mesa en la librería La tertulia, entre bocados de una ensalada de garbanzos, Lucienne Hernández conversa acerca de lo que le apasiona: la actuación. Tiene más de diez años de experiencia como actriz y, desde el año pasado, es parte del elenco de Teatro Breve, un grupo de teatro que se presenta todos los domingos en Taller Cé. Sus ojos brillan al contar cómo organiza con el resto de los actores una de las partes más aceptadas: la improvisación, basada en la vida de una pareja del público. “No puedes buscar el protagonismo. No tienes nada, así que hay que trabajar para el otro; darle consignas y servirle de motor a tu compañero; ponerlo en problemas o situaciones donde reaccione para que luzca”, dice la teatrera, quien se presentará en la obra P(L)ENAS en junio de 2007. Según ella, es una disciplina que se aprende mientras se practica.

Lucienne Hernández Su fascinación por el teatro comenzó gracias a su papá, quien acostumbraba llevar a la familia a Nuestro Teatro de Carlos Ferrari en Santurce. No le confesó a su familia su interés por el teatro hasta que estaba en la escuela superior. En ese momento, tuvo que escoger entre estar en el equipo de natación sincronizada o tomar drama por un semestre. No volvió a estudiar drama hasta que se vio forzada a escoger un bachillerato. Había considerado irse a estudiar Publicidad u otra rama de las Comunicaciones fuera del país, pero su situación económica no se lo permitió en ese momento. Incluso, consideró abandonar el drama y cambiarse a traducción, pero su consejero la convenció de que hiciera un doble bachillerato. El temor a no tener una base económica estable la llevó a un cubículo en el Banco Santander, donde hizo traducciones por dos años. “Me volvía loca. Veía cómo todas mis amistades que participaban en obras, aunque fuese como ujieres, estaban contentos”, confiesa la actriz.

Esa experiencia la llevó a hablar con Dean Zayas, el reconocido profesor y director de teatro, para que le recomendara algún taller donde pudiera afilar sus habilidades como actriz. Logró participar en Circle in the Square, un taller de teatro en Nueva York, y regresó a Puerto Rico, donde comenzó a enseñar actuación. Al principio, sólo daba una clase de teatro a la semana y participaba en producciones locales en cualquier capacidad. Mientras trabajaba en la taquilla de una obra, una actriz y ex compañera de clase la reconoció y semanas después la llamaron para actuar en una obra. “Me sorprendió encontrar a tantas personas con formaciones de lugares alternos a la UPR”, recuerda mientras pelea con los garbanzos que se le escapan del tenedor.

Luego de varios años de dedicación y trabajo, la actriz ha logrado mantenerse integrada al ambiente teatrero local a pesar de la inestabilidad económica inherente en la vocación. “Mi familia me apoyó, pero siempre hubo cierta reticencia; ya lo apoyan más. Ayuda que haya salido en televisión y en los periódicos”, admite. De todas formas, confiesa que una de sus hermanas, que vive en Georgia, aún no logra comprender su decisión.

Para sostenerse, hace locuciones, anuncios y enseña drama en Barceloneta dos días a la semana, además de estar involucrada en un programa de enseñanza en residenciales públicos. “Todos los actores, hasta actrices que realmente admiro, han tenido que hacer de todo: vender bizcochos, lo que sea, para poder mantener una estabilidad económica. La gente ya no va al teatro; mi papá ya no va”.

Al hablar de la actuación, sonríe como si reviviera algún momento único en el escenario. “Es lo que me gusta. Sin embargo, uno no puede esperar a que te llamen para hacer algo. Si no te llaman, tienes que comenzar tus propios proyectos. Uno aprende a actuar, actuando”, afirma Lucienne, quien fue parte del elenco del recién cancelado programa televisivo La crema.

Aunque trabajaba con gente conocida en su incursión reciente a la televisión, admite que hay una diferencia significativa entre los dos medios. “En teatro, la dinámica es que nos tiene que gustar lo que hacemos; pero, en televisión hay que complacer a más gente”, argumenta la actriz. Confiesa que quisiera hacer cine algún día, ya que hay mucho que no conoce del medio. Pero, sobre todo, su sueño es poder decir que “vivo de esto de verdad. Casi casi; ya estoy al otro lado”.

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