Pueden ir a la iglesia con esta imagen en la mente.
Abr 21
Obra: Día de trabajo
La escribí unos meses atrás. Como siempre, si alguien la quiere utilizar, que lo haga, siempre y cuando me lo digan, al menos. Porque me gustaría verla.
Día de trabajo
José Borges
Personajes:
Miguel – Tirador de drogas.
Oscar – Otro tirador de drogas.
Tecato – Comprador.
Nuestros protagonistas se encuentran en una esquina de la ciudad, trabajando. Se acerca el Tecato, le da dinero a Miguel y recoge su producto con Oscar. Luego, sigue su camino).
Miguel: ¿Viste la pelea anoche?
Oscar: Sí, mano. El alemán cogió más galletas que… (no se le ocurre una analogía) um, le partió la cara.
Miguel: Estuvo buena. ‘Ta lento hoy.
Oscar: Tú sabes cómo son los domingos. To’ el mundo compró lo que necesitaba ayer. Oye, ¿cómo está tu mamá?
Miguel: Bien, bien. Un poco triste desde que Jimmy se fue a Iraq.
(Pausa)
Oye, ese carro lleva dando vueltas un rato. Prepárate, por si pasa muy cerca.
Oscar: Ok. ¡Puñeta! ¡Por ahí viene! ¡Cuidao’!
(Los dos sacan sus armas, que tienen escondidas cerca, y se agachan detrás de lo primero que encuentran -una verja, un zafacón de acero- algo así. Comienzan a oírse tiros, a los cuales Miguel y Oscar responden con sus armas. Sólo podemos ver lo que hacen nuestros protagonistas, quienes continúan su conversación, pero siguen con el tiroteo a la misma vez).
Miguel: ¿De dónde serán estos cabrones?
Oscar: Ni puta idea. Oye, ¿cuándo regresa Jimmy?
Miguel: Pues, no sé. Acaba de reenlistarse.
Oscar: ¿Está loco? Cualquier día lo mata un terrorista de esos.
Miguel: Me escribió anteayer. Dice que prefiere quedarse allá porque aquí la cosa está fea.
Oscar: ¿De veras? Acho, pero tiene que hacer un calor cabrón.
Miguel: Ah, sí. Se queja de eso a cada rato. Eso, y la falta de mujeres. Dice que nada más ha visto las del mismo ejército. Ta’ saliendo con una gringa ahí que es más grande que él.
Oscar: (Se ríe) O sea, ¿el cabrón prefiere chingarse una bucha gringa que regresar? Mano, siempre te he dicho que Jimmy está loco pal carajo.
Miguel: No, y lo peor es que mi mai quiere que me enliste también. Y que para hacerle compañía.
Oscar: Esa mai tuya es cómica con cojones.
(Se para de repente y dispara tres veces corridas).
¡Coge hijodeputa! Pa’que aprendas a joder por acá, cabrón.
(Se agacha otra vez).
Miguel: (Se asoma rápidamente y vuelve a agacharse) Oya, ¡buena! No creo que vaya aprender un carajo más. Lo cogiste dos veces en la cabeza.
(Los disparos de los contrincantes cesan y se oye un chillido de gomas).
Oscar: Se fueron pal carajo. Vámonos también, antes que lleguen los guardias.
Miguel: Sí, vamos. Nadie más va a comprar, de todas formas.
(Los dos se paran y caminan tranquilos, como si salieran del trabajo).
Oscar: ¿Qué vas a hacer esta noche?
Miguel: No sé, mano. Mami quiere que la acompañe a la iglesia, pero después de eso, no sé.
Oscar: Hay juego de baloncesto esta noche. Si quieres, pasas por mi casa.
Miguel: Cool. Te llamo.
Oscar: Chequeamos.
Fin
Abr 19
¡Arriba las ma…! ¡EEeeeeuuuugh!
¿Tendrá que ir al Fondo?PD – Me pregunto por qué los sondeos nunca tienen la opción de «Me importa un cojón». Alguien me decía que la educación univesitaria debería de ser gratis. Estoy en desacuerdo, ya que se presta a que muchos abusen del sistema. Tiene que haber algún costo o esfuerzo de parte del estudiante; porque el que de verdad quiere estudiar, busca la manera.
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Abr 17
Entrevista
por Alexandra Rodríguez Burgos
Otro Borges en la literatura
Era domingo por la mañana. Tomaba un café en un establecimiento de Hato Rey, Puerto Rico, leía y esperaba. Esperaba algún gesto, una mirada, algún comentario que le diera alguna idea para un cuento histórico que escribiría.
Así, con una libreta y un lápiz en mano, José Borges, estudiante de maestría en Creación Literaria, pasa muchos de sus días. No se conforma con tener apellido de escritor. Borges quiere convertirse en uno de los mejores narradores de Puerto Rico.
Su apellido, dice, lejos de ser una ventaja para desarrollarse en el campo de las letras, es un peso más que siente al escribir. “A veces, me incomoda, porque ven el apellido y creen que debe ser un cuento como Borges o, si escribo algo remotamente parecido a lo que él escribió, enseguida me lo recalcan. Muchas veces, he pensado conseguir un seudónimo”, aclara.
Aunque comenta que nació con el deseo de contar historias, su interés en dedicarse a la escritura comenzó por curiosidad. “Recuerdo que necesitaba un entretenimiento en ese momento, así que decidí matricularme en un taller de cuentos de la Universidad del Sagrado Corazón”, dice con un hablar pausado el Coordinador de Proyectos Educativos de la Editorial Santillana Puerto Rico.
Este taller de cuentos no sólo lo motivó a seguir escribiendo, sino que lo llevó a continuar estudios graduados en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón. Según dice, esta preparación le ha servido para desarrollar disciplina y para escribir de una forma más pensada. Dice tomar mejores decisiones ahora y ser más consciente de cada palabra que escribe. “Es como una persona que toca música de oído y después aprende a leer música. Sólo con los estudios un músico puede definir lo que está haciendo. Con la escritura, sucede lo mismo”, opina Borges, quien ha tomado clases con escritores como Marta Aponte Alsina, Luis López Nieves, Mario R. Cancel y Ángela López Borrero.
De estos escritores, dice haber aprendido muchas de las técnicas que utiliza. Con el deseo de escribir, afirma, con eso se nace. “Creo que mi primer cuento lo hice a los cuatro años. Lo único que sabía escribir era la letra e, así que todo mi cuento era sobre la letra e”, recuerda Borges, quien añade que, a pesar de esta escasez en su escritura, pudo narrarle a su madre una historia completa sobre lo que había escrito.
Aunque no recuerda de qué trataba ese primer cuento, Borges describe esta experiencia como la única relación directa que tuvo con la escritura creativa durante más de quince años. “Recuerdo que el interés siempre lo tuve. Sin embargo, comenzaba a escribir, pero nunca terminaba nada. No fue hasta que terminé mi bachillerato en 1993 que pude terminar mi primer cuento; no muy bueno, pero lo terminé”, comenta.
Antes de dedicarse a la escritura, Borges quería ser piloto. Sin embargo, esta carrera no fue todo lo emocionante que esperaba. “Comencé a estudiar aviación, pero era aburrido. El despegue y el aterrizaje los disfrutaba mucho, pero el resto, no. Hasta que un día, me quedé dormido en un vuelo. Fue entonces que decidí cambiar de profesión”, comenta entre risas, quien luego de este incidente decidió estudiar Administración de Empresas. “Quizás, ahora, al mirar atrás, me hubiese gustado estudiar algo relacionado con las artes liberales, pero ya es tarde…”, dice para tratar de justificar la decisión tomada.
Luego de este giro en su vida profesional, trabajó en hoteles y restaurantes como cantinero, pero ninguno de estos trabajos le daba la satisfacción que buscaba. Hoy dice sentirse feliz de haber encontrado su vocación en la escritura.
“Yo creo que uno nace escritor. Yo nací con ese deseo de contar, con la imaginación… Con los estudios, puede mejorarse la técnica, pero el deseo tiene que estar presente desde el principio”, opina este futuro escritor de profesión.
Aclara que, aunque la historia de la literatura está llena de autores que no estudiaron Creación Literaria, esto se debió a que esta opción no existía en los cursos académicos. “Estoy seguro de que, si hubiesen tenido esta opción, la preparación de muchos autores sería otra”, opina Borges sin titubear. Añade que este último dato refuerza la teoría de que con el don de escribir se nace: “Pues, ¿cómo justificaríamos la existencia de tantos buenos escritores que nunca han pisado un curso de escritura creativa?”, dice.
Así, entre libros y el poder de la palabra, este apasionado por las letras dice sentirse satisfecho. Por esa misma satisfacción, Borges aún espera. Espera esa novela que lo llevará a alcanzar su próximo proyecto: hacer de la escritura un trabajo a tiempo completo. Mientras tanto, José Borges sigue escribiendo.
Abr 17
Ahora sí: unas obras del asesino de Virginia y un testimonio de alguien que lo conocía
Al parecer, nadie sabe aún por qué hizo esto.
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Abr 16
Al parecer, el perfil de LiveJournal del loco de Virginia Tech
Nada muy seguro. Pueden verlo aquí. Encontrado a través de Warren Ellis, quien parece que seguirá actualizando su entrada.
Editado a las 10:40 p.m. : No es él, sino algún pendejo buscando sus quince minutos de fama. Vale la pena leer lo que escribió en la página nada más para reírse de la excusa tonta que da por hacerse pasar por el asesino.
Abr 16
Buen video
Me encantó este video de Dan Le Sac vs Scroobius Pip (el diablo se acuerda de ese nombre). La canción se titula «Thou shalt always kill». Lo encontré en la página de Warren Ellis.
Que lo disfruten.
[youtube=»http://www.youtube.com/watch?v=d-MYVv4tgQc»]
Abr 15
Claro que no se quiere ir…
La vida imita al arte a las peores tramas concebidas por Hollywood. Parece que a la vida le falta un poco de inspiración.
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Abr 15
Algunos enlaces para ustedes
Vale la pena darse la vuelta en estas páginas (no es lo único que leo, pero son los que me vienen a la mente en este momento):
- www.boingboing.net
- www.warrenellis.com
- http://antagonismos.blogspot.com
- http://latribudeloscafres.blogspot.com
- http://narrativadeyolanda.blogspot.com
- http://smashingtelly.com
Hay más, pero ya me puse vago. Lean mi Blogroll a mano derecha.
Abr 15
Publican cuento de Awilda Cáez en El Nuevo Día
Se llama Cuando vuelvas, Rogelio.
Muy buen cuento de una autora que será muy reconocida. Créanme. Deberían dejarles comentarios en la página de ENDI, si no les importa abrir una cuenta con ellos.
También, compren el periódico para que vean la ilustración.